¿Es The Life of a Showgirl lo que esperábamos?

Arte: Valeria Rodriguez

Los nuevos álbumes de Taylor Swift siempre traen críticas de parte del internet pero, ¿qué pasa ahora que incluso algunos de sus fans se están volviendo en su contra?

The Life Of A Showgirl salió para el público en general el viernes 3 de octubre. Tras una gran campaña que generó alta demanda anticipada (más de 6 millones de personas lo pre-guardaron en Spotify), se esperaba un álbum casi idílico, pero a muchos fans les quedó corto.

El duodécimo disco de la cantante se presentó en redes con una estética de los años 20, reminiscente a Cabaret o Chicago, si hablamos en términos musicales. Ello no se ve reflejado en la música. En cambio, lo que predomina es el ritmo pop pegadizo por el que es tan conocido el sueco Max Martin, con quien Swift ya ha colaborado en otras canciones.

Los dos, junto con el sueco Shellback, han creado un “dream team” anteriormente; y, hablando en términos puramente musicales y de producción, el disco está muy bien hecho: ritmos pegadizos, un throwback al synth de los 70 y 80, y melodías espectaculares que se quedan en tu cabeza sin que te des cuenta. Sin embargo, poco se hicieron esperar los gritos de plagio y no solo en una, sino en varias canciones.

La canción que le da nombre al álbum guarda una gran similitud a “Cool” de los Jonas Brothers, lanzada en el año 2019. La intro de la canción “Wood” cuenta con una intro muy parecida al clásico “I Want You Back” de los Jackson 5 y algunos mexicanos señalan que el coro de “Opalite” es igual a “1+1=2 ENAMORADOS” del Sol de México, Luis Miguel. 

Eso sin contar con que diversas canciones del álbum tienen un aire que hace recordar a canciones de discos anteriores. Algo parecido a lo que pasa con las pistas de Bon Jovi: “Born to be my Baby” y “We Weren’t Born to Follow”. Hay una similitud, un aire entre ambos – e incluso alguna melodía o progresión de acordes es igual – pero puede tratarse de una marca y un sonido personal del artista.

La única canción que contiene otros créditos además de los de Martin, Swift y Shellback es “Father Figure”, la cual le da créditos a George Michael, quien tiene una canción con el mismo nombre. Por otro lado, la ausencia de Jack Antonoff, productor de los últimos discos de Taylor, se hace notar.

En cuanto a la narrativa, las tres primeras canciones nos presentan a una Taylor celebrando su enamoramiento, ¿y por qué no? Con 35 años la cantante parece haber encontrado, finalmente, a su príncipe azul y las campanas de boda están a punto de escucharse. Luego, el álbum da un giro a lo que parece ser un ajuste de cuentas similar a Reputation a partir de la cuarta canción: “Father Figure”. 

Lo que parece irrumpir un poco con la línea que sigue el álbum es la última canción, The Life Of A Showgirl. Al ser la pista que le da nombre al disco en general, uno esperaría que estuviera más conectada con la temática del álbum, y hasta podría parecer que ingresó en el listado de canciones simplemente porque tenía que estar. 

Sin embargo, uno podría argumentar que las canciones anteriores como “Cancelled!”, “Father Figure” y más, también tratan sobre los altibajos que vienen con el ser una superestrella. 

¿Qué pasó con el lirismo?

Taylor Swift ha tenido a sus fans bastante satisfechos en el área del lirismo con los últimos discos. “Evermore”, “Folklore”, “Midnights” y, personalmente, mi favorito, “The Tortured Poets Department”. En los últimos años el nombre de Swift se ha convertido en sinónimo de genialidad lírica, de poesía escrita en canciones, de estudios literarios enlazados con melodías. Esto se refleja en letras como: 

Say it once again with feeling / Dilo una vez más, con sentimiento

How the death rattle breathing / como el estertor de muerte

Silenced as the soul was leaving / silenciado mientras el alma se va

The deflation of our dreaming / la deflación de nuestros sueños

Leaving me bereft and reeling / dejándome despojada y tambaleante

My beloved ghost and me / mi amado fantasma y yo

Sitting in a tree / sentados en un árbol

D-Y-I-N-G” / M-U-R-I-E-N.D-O

  • How did it end? (de The Tortured Poets Department)

Realmente no se puede dudar de su talento.

Más allá de la música, las letras son lo que más impacta de Swift. Algo que, muchos han señalado, se encuentra ausente en este último álbum. Esto pues, comparado con trabajos anteriores, letras como “Did you girlbossed to close to the sun? / ¿Te hiciste la dura demasiado cerca del sol?” y “But I’m not a bad bitch and this isn’t savage / Pero no soy una chica mala, y esto no es salvaje” quedan bastante cortas. 

Varios esperaban obras poéticas para canciones como “The Fate of Ophelia”, “Father Figure” y “Eldest Daughter”. En cambio, lo que se recibió fue una dudosa interpretación de la historia original de Ophelia (personaje Shakesperiano de Hamlet), una canción cantada desde el punto de vista de Scooter Braun y Scott Borchetta, y una mala interpretación del movimiento moderno que habla sobre las dificultades que enfrentan las hijas mayores al tener que, muchas veces, tomar el rol de padre o madre cuando alguno de estos no se encuentra presente en la crianza de sus hermanos menores. 

Parte de lo que hace a Taylor Swift tan grande, es que el público conecta con ella. Las letras de amor y desamor pueden conectar con cualquiera que haya experimentado estas emociones (e incluso con aquellos que no), y esto se ve aún más en sus primeros discos. Pero, ¿por cuánto tiempo será eso suficiente?

Eso no quiere decir que este disco no tenga buenas letras. “Ruin the friendship” es una de mis favoritas personales, en la que podemos ver destellos de la Taylor que escribió “Evermore” y “Folklore”. Hablando líricamente y sin meternos en temas de interpretación del mito, “The Fate of Ophelia” cumple bastante las expectativas, al igual que “Opalite”. Pero, en mi opinión, canciones como “Eldest Daughter” y “ Father Figure” se prestaban para contar con letras mucho más complejas. 

¿Se ha vuelto el victimismo de Swift en su sello personal?

Muchos han señalado que la canción “Actually Romantic” es una respuesta (bastante mezquina) a la canción “Sympathy is a Knife” de la británica Charlie XCX. Esto queda bastante claro con solo la primera línea “I heard you call me «Boring Barbie» when the coke’s got you brave/ Oí que me llamaste Barbie aburrida cuando la c*ca te hizo valiente”.

Lo que  puede parecer una pisoteada a una artista que tiene, definitivamente, un alcance mucho menor es que, si bien Charlie habla de Taylor en “Sympathy is a Knife”, no lo hace con el objetivo de hacerla quedar mal o si quiera criticarla. La británica habla mucho de sus inseguridades en la canción y señala que “no la puede ver en los camerinos” porque hace que dude de ella misma y le causa inseguridad. Algo que puede ser bastante común, en especial en una industria que parece empeñada en poner a las mujeres en contra de otras mujeres. 

Siendo una multimillonaria cuyo nombre ya es una marca por sí sola, cabe la pregunta, ¿cuál es la necesidad de hacerse la víctima nuevamente? Y digo nuevamente porque, si analizamos toda la discografía de Taylor, desde el famoso incidente en los MTV del 2009 con Kanye West, Swift ha jugado el rol de la víctima en casi todos sus discos. Ahora, en muchas ocasiones esto era válido, en especial durante los primeros años pero, ¿ahora cuál sería la necesidad?

Considero que si Charlie o algún otro artista hubiera mencionado a Taylor con fines maliciosos en alguna otra canción, los fans no se hubieran inquietado. La gente no se inquieta con “Father Figure” porque muchos podrían argumentar que Braun y Borchetta se lo merecen. Pero una artista que no tiene su mismo alcance, no tiene su mismo público siquiera y que creó una canción en la que se vuelve vulnerable frente al público con respecto a las comparaciones que hace ella misma… Parece ser que Swift le da un golpe cuando ya está en el suelo. Y eso es lo que incomoda.

Personalmente, una de las líneas que más me incomoda es: “Or took somebody’s man, we’ll take you by the hand. And soon, you’ll learn the art of never getting caught / O tomaron el hombre de alguien más, te llevaremos de la mano. Y pronto aprenderás el arte de nunca ser atrapado”. ¿Estamos validando la infidelidad? Porque eso es lo que parece.

Esto sin contar con que varias amistades de Swift parecen ser republicanas, esto sumado al silencio político de Swift, hace pensar que tal vez sus lineamientos políticos cambiaron desde la última campaña electoral. Y es que teniendo un clima político tan tenso en Estados Unidos, con la constante persecución de inmigrantes por parte de ICE y la creciente división política entre el pueblo, el hecho de que Taylor no se haya pronunciado públicamente – como lo hizo en ocasiones anteriores – ha sido algo que ha llamado la atención de los fans (y también los no fans). 

Se le ha señalado que, al ser una cantante estadounidense blanca y multimillonaria, el tipo de cosas que generan la tensión política no le es importante pero, para alguien cuya marca y appeal es su capacidad de conectar a través de sus experiencias con el público, ¿no será este silencio algo dañino a la larga? ¿Con qué nos podemos conectar si se trata de una mujer cuya situación social y económica es tan distante a la mayoría de su público objetivo? 

Si bien Taylor nunca ha sido de escribir sobre cuestiones políticas en sus canciones, con la excepción de algunas canciones, tiene otras plataformas por las que puede alzar la voz frente a las injusticias que suceden en Estados Unidos. 

Para concluir, The Life Of A Showgirl definitivamente no fue la obra magna de Swift que parte del público esperaba, pero cumple con el objetivo de brindar melodías pegajosas y una producción magistral. Dejamos de lado a la poeta torturada y le abrimos paso a una nueva etapa de la cantante, una en la que deja ver mucho más de su relación con Kelce (algunos dirían que demasiado, si tomamos en cuenta la letra de “Wood”) y que explora su sexualidad, con un estilo muy similar al provocador de Sabrina Carpenter. 

Algo bastante válido, teniendo en cuenta de que ya se trata de una mujer comprometida de 35 años. Este cambio a lo sexual tenía que venir en algún momento y qué mejor que poco después del anuncio de su compromiso. 

Para repetir: Opalite, The Fate of Ophelia

Camila Julón

Egresada de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Redactora periodística en Departe.

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