Phineas y Ferb: El regreso de un verano eterno

Arte: Pilar Balabarca

Han pasado más de diez años desde que los hermanastros más creativos de la televisión animada se despidieron con una película y una emotiva canción de cierre. Hoy, Phineas y Ferb regresan con una nueva temporada que demuestra que algunas fórmulas, cuando están bien hechas, no solo resisten el paso del tiempo, sino también lo enriquecen.

Fuente: Disney

Con 40 nuevos episodios, la quinta temporada, ya disponible en Disney+, marca un reencuentro largamente esperado por fans de todas las edades.

Afortunadamente, el regreso no intenta reinventar la serie. Los elementos clásicos siguen ahí: el entusiasmo inagotable de Phineas, la elocuente calma de Ferb, el dramatismo de Candace, y por supuesto, Perry el Ornitorrinco y el torpemente entrañable Dr. Doofenshmirtz.

La mayor parte del elenco original regresa, con Vincent Martella como Phineas, David Errigo Jr. como Ferb, Ashley Tisdale como Candace y Dee Bradley Baker como Perry el Ornitorrinco.

Sin embargo, hay matices que revelan una evolución. Candace ahora tiene 16 años, busca su independencia y lidia con desafíos propios de la adolescencia tardía, como el estrés académico o aprender a manejar. Estos pequeños detalles hacen que el universo siga siendo reconocible, pero más rico.

Lo interesante es que la serie no se queda anclada en la nostalgia. Aunque el primer golpe emocional lo da el reencuentro con voces y personajes familiares, el guión se encarga rápidamente de recordarnos que la serie Phineas y Ferb siempre fue más que recuerdos: fue ingenio, ritmo y corazón.

Esa chispa sigue viva. Desde el primer episodio se percibe un esfuerzo genuino por equilibrar el humor infantil con guiños que hablan directamente a los adultos jóvenes que crecieron con la serie.

Otro de los grandes aciertos de esta nueva etapa es la música. La serie ha incluido una nueva banda sonora lo-fi que reinterpreta algunos temas clásicos, creando una experiencia auditiva relajante, nostálgica y moderna. Es como si la serie hubiera crecido con nosotros. Hoy la escuchamos mientras trabajamos o viajamos en el bus, y por un momento, recordamos qué se sentía tener todo un verano por delante sin más objetivo que crear, imaginar y jugar.

A nivel técnico, la animación conserva su estilo característico, aunque con una ligera actualización que la vuelve más fluida y visualmente atractiva sin perder su esencia. En un panorama saturado de remakes poco inspirados, Phineas y Ferb demuestra que un buen revival no necesita exceso de espectacularidad, sino fidelidad al espíritu original y sensibilidad hacia el presente.

En estos tiempos donde el contenido parece gritarnos en cada minuto qué debemos pensar o sentir, esta serie ofrece un respiro: imaginación sin pretensiones, humor que no subestima y un mensaje constante de que la creatividad es una forma de libertad. Y en eso, Phineas y Ferb siguen siendo pioneros. Nos recuerdan que el verdadero secreto para vivir un gran verano es tener curiosidad por el mundo… y compartirlo con los que queremos.

En definitiva, este regreso no solo nos devuelve a dos hermanos construyendo cohetes y montañas rusas, sino a una parte de nosotros que todavía cree que todo es posible. Ver la nueva temporada es como volver a casa, pero descubriendo que esa casa tiene nuevas habitaciones por explorar. Bienvenidos de nuevo, chicos. El mundo necesitaba otra dosis de verano eterno.

Mayralejandra Aguirre

Estudiante de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Redactora periodística en Departe.

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