La artista Shamsia Hassani, conocida por dar a las mujeres afganas un rostro diferente, reapareció en las redes sociales con su graffiti: ‘Muerte a las tinieblas’.

Con la toma de Kabul por los talibanes y ante la posibilidad del retorno de una ley islámica estricta, las mujeres afganas enfrentan una reducción de derechos como la libertad de movimiento o el acceso a la educación y el retorno de antiguas prácticas como el matrimonio forzado.
En ese contexto, Hassani causó impacto en las redes sociales con su imagen ‘Muerte a las tinieblas’, publicada el 17 de agosto del presente año, que manifiesta el temor de la población a que el nuevo gobierno aplique una sharía dura como la del régimen talibán de los noventa, donde hacían ejecuciones públicas o castigaban el adulterio apedreando a las mujeres.
El día que los talibanes tomaron el poder, el portavoz Suhail Shaheen dijo a la cadena de noticias británica BBC que no habría “venganza contra nadie” y que las mujeres no debían estar asustadas porque iban a estar “en mejor posición que en el pasado”, pero lo acontecido en los últimos días demuestra lo contrario.
Después de que tomaran Kabul, no hubo movimiento durante días en las redes sociales de Hassani, por lo que sus seguidores empezaron a preocuparse por su seguridad. Su imagen, ‘Muerte a las tinieblas’, confirmó que seguía trabajando y dando voz a las vivencias de las mujeres afganas.
“Queridos todos, gracias por pensar en mí en este momento. Sus mensajes y comentarios muestran que la humanidad y la bondad siguen vivas y no tienen límites. Gracias por su preocupación. Estoy a salvo”, posteó hace cuatro días, en su cuenta de Instagram la primera artista femenina de graffiti de Afganistán.
A mediados de abril, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que todas las tropas estadounidenses abandonarían el país antes del 11 de septiembre, después de casi 20 años de guerra.
Sin embargo, EEUU y la OTAN adelantaron el retiro de tropas, acordado para el 31 de agosto. Esta situación fue aprovechada por los talibanes para tomar el control de la capital y del resto del país en una operación relámpago, en la que derrocaron al gobierno.
Esto provocó que miles de personas emprendieran una carrera desesperada para escapar del lugar. En ese marco, las mujeres artistas se enfrentan a una situación doblemente peligrosa: en primer lugar, ser mujeres en una sociedad ferozmente dominada por hombres. En segundo, ser artistas bajo un régimen que considera al arte un sinónimo de peligro.
A pesar de esto, Hassani decidió salir a las calles de Kabul y usar de lienzo a las paredes de edificios impactados por bombas y ráfagas de metralla.
Con el retorno de los talibanes, la Unesco se pronunció y ha pedido proteger el patrimonio cultural de Afganistán, justo 20 años después de que los fundamentalistas afganos destruyeran los Budas de Bamiyán, estatuas monumentales talladas en un acantilado entre los siglos V y VI después de Cristo.
La mayoría de los analistas y activistas de derechos humanos creen que los talibanes impondrán restricciones severas y castigos mortales a las mujeres, como lo hicieron durante su gobierno en los años noventa del siglo XX.
Las mujeres en gran medida evitan los espacios públicos de la capital y muchos artistas han eliminado mensajes de chat y sus cuentas en las redes sociales, por temor a las repercusiones violentas de los talibanes.
“Algunas personas piensan que el arte no está permitido en el islam y luego sienten que deberían detenerme. Si muchas mentes cerradas se unen, serán muy poderosas y podrán hacer cualquier cosa”, dijo Hassani en una entrevista en 2016.
Captar las voces de las mujeres afganas y visibilizarlas con un rostro diferente
Shamsia Hassani (33), nacida en Irán e hija de padres afganos refugiados, comenzó a realizar grafitis y arte callejero en 2010, en un taller de graffiti que organizó Combat Communications, cuando un artista de graffiti del Reino Unido, llamada CHU, presentó y enseñó el graffiti en Kabul.
La insegura situación de las mujeres y las niñas en la sociedad afgana, dominada por los hombres, es el tema que caracteriza a su trabajo. La capacidad del graffiti para resaltar públicamente los desafíos que enfrentan las mujeres de este país, pero también su fuerza y resolución, fue una de las principales razones por las que Hassani eligió grafitear.
Quería cambiar la forma en que la gente percibe a las mujeres afganas, incluidas las que usan burka. “Trato de mostrarlas más grandes de lo que son en realidad, y modernas, felices, en movimiento, tal vez más fuertes. Intento que la gente las mire de manera diferente“, señaló en 2016.
Las mujeres que representa la artista, muestran una diversidad de emociones: anhelo y desafío, esperanza y angustia, libertad y miedo. No tienen bocas, pero sí elementos de la naturaleza o instrumentos musicales.

“Los uso [instrumentos musicales] como símbolo para que las mujeres toquen su voz con ellos. Pueden usar instrumentos musicales para hablar con la gente, para hablar más alto y [llamar] más la atención, ya que no tienen boca. Pero este elemento les da poder para hablar en sociedad”, explicó en 2018.
En sus obras, la protagonista suele tener “los ojos cerrados, porque, por lo general, no tienen nada bueno que ver a su alrededor … y a veces no puede ver su futuro. Pero eso no significa que no puedan ver”, agregó la artista.Su trabajo se ha mostrado en Afganistán, Australia, Dinamarca, Alemania, Irán, India, Noruega, Suiza y Vietnam, donde también ha participado en conferencias y talleres. Además, es cofundadora de Berang Art Organization, un grupo dirigido por artistas que promueve el arte y la cultura contemporánea en Afganistán a través de programas, talleres, seminarios y exposiciones.
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