Tras su última presentación en la Red Bull Batalla Nacional Perú 2021, el rapero Xplain, joven exponente del colectivo de freestyle “Soporte Alterno”, reveló el balance de su performance y los detalles detrás de su participación.
La tarima de la Red Bull volvió a encenderse con la magia y las métricas de Paulo Iglesias (20), conocido en los escenarios como Xplain, pero su ilusión se apagó rápidamente. Tras caer eliminado en octavos de final de este torneo, el artista aseguró haberse replanteado el sentido de las competencias y del freestyle, aunque conservando intacta su esencia musical.
“Desde el año pasado la Nacional dejó de importarme tanto respecto a cuánto me satisfacía personalmente. Pienso que iba a ser más criticado si ganaba, pues es una gran presión ir a la internacional. Claro que me gustaría clasificar, pero por ahora no es un anhelo ni una prioridad mía”, manifestó.
Pese a las críticas que recibió por redes sociales, Xplain aseguró estar satisfecho con su performance, pues si bien el resultado no fue el deseado, se mantuvo fiel a la esencia del freestyle puro que define su nuevo estilo; sin embargo, reconoció que aún debe trabajar en ciertos aspectos.
“Mi autocrítica va contra mis muletillas (“eyao”) e imperfecciones en los minutos, ya que me hubiera gustado hacerlo mucho mejor, tal como sé que puedo hacerlo; sin embargo, no siento que tomé el camino equivocado, estuve muy bien de confianza, muy feliz y súper concentrado”, comentó.
Aunque el artista no se mostró disconforme con el veredicto de los jurados, lamentó que estos sigan privilegiando sistemáticamente los remates por encima de las métricas y el ritmo, razón por la cual evaluará su participación en el torneo nacional del próximo año.
“No creo que haya sido mi última Red Bull, pero tengo que pensarlo bien. Si el año siguiente estoy de nuevo con ganas de ir y disfrutar la experiencia, mandaré mi audición; de lo contrario, simplemente no participaré”, expresó.
Uno de los factores que perfiló el renovado estilo actual de Xplain —muy elogiado por el público tras el cierre de su participación— fue el confinamiento social obligatorio, el cual afectó mucho su salud mental y emocional al inicio de la pandemia, pero pronto le permitió renovar su faceta artística.
“Antes me malhumoraba mucho porque mi estilo era muy mecánico y agresivo, pero llegó la pandemia y decidí hacer freestyle de verdad, lo cual cambió drásticamente mi modo de batallar. Fue como aprender a caminar de nuevo, pero pronto fui evolucionando hasta formar un personaje atractivo para muchos”, confesó.
La pandemia también influenció en su preparación: mientras que en el 2019 solía entrenar a presión con formato y temática días antes de la competencia, desde mediados del 2020 optó por reducir las cargas y relajarse escuchando música, practicando deporte o paseando con sus amigos.
“Por temor a desmoralizarme a causa de sonar monótono tras rapear mucho, prefiero dejar mi mente en blanco por varios días, sin practicar nada, para que así, el día de la competencia, mis rimas sean lo más espontáneas posibles. Eso es para mí lo más importante”, señaló el rapero.
Paulo es estudiante de publicidad en la Pontificia Universidad Católica del Perú y tuvo que adaptarse desde sus inicios a compaginar su pasión artística con los estudios, un reto que le ha costado problemas de concentración y, a menudo, un bajo rendimiento académico.
“En la época en que había más colectivos callejeros, era difícil compaginar el rap con las clases, pues debía faltar a mis reuniones grupales o cursos nocturnos para ir a competir a la calle, hábito que luego afectaba mi rendimiento y me llevó incluso a jalar un curso”, reveló Xplain.
Para sortear estos escollos, fue primordial el apoyo de sus amigos, algunos de los cuales le recordaban las fechas de entrega de trabajos, prácticas y exámenes.
La universidad no fue del todo una desventaja, pues con el tiempo aprendió a capitalizar los conocimientos impartidos en clases para ejercitar su léxico, conocimientos y rapidez mental, lo que se tradujo en una mayor confianza no solo al rimar, sino también en diversas actividades académicas.
“El rap me ha ayudado sobre todo al momento de improvisar en muchos sentidos: una respuesta de examen, participar, entre otras. El mayor juego y uso de las palabras me ayudó a hablar con más facilidad con los profesores o mis grupos de trabajo”, señaló.
Su profesión guarda un estrecho vínculo con el freestyle rap en la actualidad. Después de que este género urbano se volviera tendencia cultural varios años atrás, diversas franquicias apuestan cada vez más por la figura de los freestylers para su publicidad.
“El freestyle está de moda: hay varias colaboraciones de marcas con artistas de la escena; el hecho de que haya un publicista detrás de eso, consiguiendo los artistas, contactándolos, a veces siendo mánager y ligándolos a las marcas es una forma de ver esta relación”, explicó.
Xplain estimó que, a diferencia de antaño, la discriminación y estereotipos contra los raperos son menores, pero que dentro de las jornadas de colectivos callejeros aún subsisten estas taras, cuyas víctimas son principalmente freestylers con estudios superiores o de clase social acomodada.
“He sido discriminado por ser universitario o de la Católica. A veces me dicen ‘adinerado’, ‘con oportunidades’, ‘te regalan todo’, pero se equivocan. Todo lo que he conseguido en la calle lo he ganado yo. Tengo la posibilidad de que mis padres paguen mi universidad, pero a mí el rap nadie me lo paga, nadie me paga el cupo, lo que gano o mi capacidad para improvisar”, aseveró.
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