Trenes en Lima: ¿Somos potencia mundial?

Arte: Valeria Rodriguez

Es hora punta. Micros desbordados compiten entre bocinazos por cada pasajero. En otro paradero, una fila interminable serpentea hacia las puertas de El Metropolitano. El tren eléctrico avanza con lentitud y exceso de gente. Si eres nuevo en Lima, prepárate para una travesía más cercana al caos que a la movilidad eficiente. Ante este panorama caótico, la llegada de trenes desde California -presentada como un hito por el alcalde Rafael López Aliaga- se vende como una posible solución al martirio del tráfico diario de millones de limeños. ¿Es la solución?

Desembarque en el Puerto del Callao de los trenes donados por la empresa Caltrain. Fuente: Municipalidad de Lima

El pasado 20 de junio llegaron al Puerto del Callao 43 coches y 11 locomotoras donados por la empresa Caltrain, con un traslado que supera los 24 millones de dólares. La promesa es ambiciosa: transportar 200 mil personas al día entre Lima y Chosica, a través de 11 estaciones. A simple vista se posiciona como un hecho histórico, pero a medida que se indaga en el tema se encuentran preguntas que no conducen a ninguna respuesta válida.

En primer lugar, los trenes tienen un lado oculto que se ha tratado de blanquear con la esperanza de conectar lugares lejanos a Lima. Tiene más de 40 años de antigüedad y el sentido de la donación no implica el uso comercial. Dada la infraestructura férrea precaria y sin planificación vial clara de la capital, su operatividad asoma como dudosa. A eso se suma el impacto ambiental de su funcionamiento, ignorado en medio del espectáculo mediático.

Presentación del primer lote de los trenes de Caltrain. Mitin de Rafael López Aliaga junto a funcionarios y candidatos de su partido Renovación Popular. Fuente: Gestión 

Pero quizás lo más preocupante es el uso político de una medida que debería ser técnica. López Aliaga, en lugar de detallar un plan integral de movilidad, prefirió culpar a una supuesta “izquierda caviar” -debido a un comentario del ministro de Transporte y Comunicaciones, César Sandoval- de poner trabas al proyecto. En medio de la incertidumbre, se esconde una segunda intención dada la cercanía de la campaña electoral de 2026. ¿Estamos ante una verdadera solución de transporte o ante una puesta en escena populista?

Lima necesita un sistema de transporte eficiente, moderno y sostenible. Importar trenes antiguos sin un plan integral no es una política pública, es una artimaña para cubrir los vacíos de una gestión plagada de negligencia a la hora de actuar y responder a la ciudadanía. El transporte público no se resuelve con donaciones ni con frases altisonantes, sino con visión, transparencia y capacidad técnica. 

Entonces, ¿de verdad somos potencia mundial por recibir trenes usados? La respuesta parece obvia. Pero, más allá del espectáculo y la propaganda, lo que este episodio nos deja son preguntas urgentes: ¿por qué seguimos aceptando soluciones improvisadas? ¿Cuándo dejaremos de celebrar lo simbólico en lugar de exigir lo estructural con miras a un progreso real?

Sunim Cardenas

Estudiante de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, quedó en el segundo puesto en la categoría ensayo de los Juegos Florales de dicha universidad. Redactora periodística y creadora de contenido en el medio digital Departe.

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  • Estudiante de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, quedó en el segundo puesto en la categoría ensayo de los Juegos Florales de dicha universidad. Redactora periodística y creadora de contenido en el medio digital Departe.

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