La Liga 1 y 2 sortearon problemas antes y durante su competición y Deportivo Llacuabamba vivió ambas realidades.

El club Deportivo Llacuabamba, del departamento La Libertad, participó en primera y segunda división del fútbol peruano durante la pandemia de la COVID-19.
La primera categoría de fútbol en el Perú, llamada Liga 1, inició en marzo de 2020, aunque se suspendió hasta agosto del mismo año debido a la coyuntura sanitaria y fue disputada íntegramente en Lima al retornar sus actividades.
Por su parte, la segunda categoría, conocida como Liga 2, suspendió su competición junto a las demás actividades deportivas al mismo tiempo y volvió el 27 de octubre del mismo año. La finalidad de este cambio fue competir en un formato reducido de dos meses en Lima.
El Deportivo Llacuabamba fue el peor posicionado de la Liga 1 en el 2020 y descendió de categoría. A sus problemas futbolísticos se sumó el incumplimiento de pagos salariales a los integrantes del plantel, que costó al club la reducción de un punto en la tabla del torneo.
El malestar de los jugadores del equipo se visibilizó cuando en los primeros treinta segundos del partido entre el Llacuabamba y César Vallejo de Trujillo los futbolistas locales se limitaron a quedarse de pie en el campo en señal de protesta.
El 2021 parecía ser el año final para el club, ya que atravesaba una situación parecida a la de equipos como San Simón de Moquegua en 2013 o Total Chalaco en 2010, quienes desaparecieron por sus deudas y descenso de división. Sin embargo, LLacuabamba supo recomponerse en el camino.
Rivaldo Sánchez, jugador del club desde marzo del 2021 hasta diciembre del mismo año, sostuvo que vivió una grata experiencia en la institución, con grandes personas como compañeros de equipo, comando técnico y dirigencia.
Si bien la pandemia golpeó fuerte al Deportivo Llacuabamba, en el 2021, disputando la segunda división, el club pudo sobreponerse y lograr un mayor equilibrio.
“Al principio fue chocante. Se paralizó todo y hubo muchos cambios. No era lo mismo y lo sentimos. Pero las medidas tomadas por el club fueron adecuadas, debido a que nos hicieron cumplir con todos los protocolos exigidos por la Federación, tanto en la concentración dentro del hotel como en el campo de entrenamiento. Se preocuparon por el bienestar del deportista en todo sentido”, afirmó Sánchez.

Durante el 2021 el torneo contó con un formato de partidos de ida y vuelta, aunque se siguió desarrollando en su totalidad en Lima, al igual que la Liga 1, pero esta vez el Llacuabamba contó con una mayor estabilidad.
Sánchez confirmó que, a diferencia del año anterior, el club cumplió con los pagos a tiempo y en su totalidad, lo que alivió al grupo y permitió un mejor desempeño deportivo. “La dirigencia habló directamente con nosotros en varias ocasiones y siempre nos respaldaron, tanto en los temas administrativos como deportivos”, sostuvo el deportista.
El club peleó para ascender hasta los playoffs, donde quedó eliminado ante Carlos Stein, que terminaría ascendiendo a la máxima categoría nacional. “Fue una temporada difícil debido a que la mayoría de equipos estaban a un gran nivel. Nosotros no éramos uno de los favoritos, pero teníamos un gran plantel y comando técnico y por eso terminamos peleando los primeros puestos”, expresó Sánchez.
La segunda división peruana puede llegar a ser mucho más dura que la primera, debido a un menor seguimiento por parte de los medios de comunicación, que produce un menor revuelo por las acciones bruscas o erróneas.
Sin embargo, el exfutbolista de Deportivo Llacuabamba concluyó que el club fue muy bueno con él y que lo aprecia mucho, aunque sabe que el 2022 será mejor para ambos: por su parte, buscando opciones en diversos equipos donde pueda progresar a nivel deportivo y el Llacuabamba siguiendo una línea de sostenibilidad.
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