La fondista huanuqueña de 29 años logró clasificar a sus primeros Juegos Olímpicos, tras ocupar el sexto lugar en la Maratón de Róterdam 2024, celebrada el pasado 14 de abril en Países Bajos, donde batió el récord nacional establecido por Gladys Tejeda. En diálogo con Departe, la joven atleta detalla sus inicios en el deporte, las claves de su reciente hazaña y sus planes de preparación con miras a la cita multideportiva que inicia el próximo 26 de julio
En el tramo final de la pista, motivada por la ovación del público, Thalia Valdivia resopla otra vez, mira su reloj de mano y, con pasos lánguidos pero firmes, acelera impetuosamente hasta cruzar la línea de meta en la sexta posición, dejando atrás a más de 17 mil atletas que compiten aquella calurosa mañana de abril en la prueba femenina de la cuadragésimo tercera edición de la Maratón de Róterdam, celebrada en Países Bajos.
Tras cronometrar un tiempo de 2h, 25m, 22s, la joven deportista no solo batió el récord nacional (2:25:57) establecido por Gladys Tejeda, una de las máximas exponentes del atletismo peruano, sino que también logró cumplir su mayor sueño: clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024, la mayor cita multideportiva del mundo.
“En primer lugar, quiero agradecer a Dios y a mi familia por este logro tan importante en mi carrera deportiva. También se lo dedico a mi país, a los que formaron parte de mi equipo de trabajo y a todos mis seguidores que siempre están detrás brindándome su apoyo”, dijo Thalia Valdivia a Departe.
En la rama femenina, la atleta huanuqueña se sumó a Gladys Tejeda (2:26:26), Luz Mery Rojas (2:26:47) y Jovana de la Cruz (2:26:49) como las maratonistas nacionales que ya lograron la marca clasificatoria (2:26:50) para París 2024. No obstante, según el reglamento del Comité Olímpico Peruano (COP), solo podrán unirse a la delegación olímpica peruana las tres atletas nacionales con la mejor marca clasificatoria. El cierre de clasificación es el 5 de mayo.
Preparación con miras a París 2024
A su retorno a Lima, en el hall del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Thalia fue recibida con un homenaje especial por funcionarios del Instituto Peruano del Deporte (IPD), aficionados y algunos medios de comunicación locales. Al ser consultado por la prensa del Gobierno, su entrenador, Raúl Pacheco, reveló que “están planeando viajar en junio a Estados Unidos para seguir con los entrenamientos” con miras a los Juegos Olímpicos de París 2024.
Por su parte, la deportista detalla que también planea realizar campamentos deportivos en el Estadio de Huancayo, donde entrena habitualmente, así como en ciudades más próximas al nivel del mar, donde podrá “trabajar con más facilidad los ejercicios de oxigenación que las ciudades de altura, por sus mismas condiciones climatológicas, no permiten”.
Para prevenir lesiones en sus entrenamientos, Thalia afirma que, además de contar un equipo médico de primer nivel provisto por el IPD, ya tiene un plan bien definido que elaboró como fruto de la experiencia. “Yo creo que estos últimos años en los que me ha tocado estar lesionada me han servido para aprender a conocerme a mí misma y así evitar estas lesiones. Antes, con tal de no perder un entrenamiento, seguía entrenando a pesar del dolor y me terminaba lesionando más”, explica.
El camino hacia la meta olímpica
Tras un largo y extenuante viaje por avión con escala, Thalia aterrizó de noche junto a su entrenador en el aeropuerto de Róterdam, una ciudad portuaria y cosmopolita situada al oeste de Holanda. Horas después de recorrer las calles en busca de hospedaje, ambos se alojaron en un modesto hotel céntrico ubicado a unos pasos del lujoso hotel de cinco estrellas Hilton Rotterdam, que la organización del evento, la Nationale-Nederlanden (NN), había reservado exclusivamente a los atletas profesionales inscritos que registraran una marca menor a 2 h y 32 m en su última competencia oficial.
Como la marca más reciente de Thalia excedía en tres minutos el mínimo requerido, tuvo que resignarse a buscar otro hotel, cuyo costo de estadía fue cubierto en su totalidad por el IPD, a través del programa ‘París 2024’, que busca promover la preparación y participación de atletas de alta competencia con miras a esta cita olímpica.
Después de una primera noche de sueños agitados, la atleta procuró relajarse mediante diversos pasatiempos en su habitación y pudo por fin restablecer su ciclo de sueño, evitando así los embates de la descompensación horaria —o jet lag— que suelen causar los viajes largos de un continente a otro.
Días antes de la maratón, Thalia se acreditó en un salón de partida del Hilton Rotterdam destinado a los atletas profesionales de élite, un grupo selecto y muy reducido en comparación con los miles de atletas aficionados y profesionales que debían formar largas filas desde la madrugada para alcanzar un cupo en el evento.
Meses antes de viajar a Róterdam, tras superar una lesión que la alejó de las pistas de atletismo durante dos semanas, Thalia se dedicó a entrenar diariamente a doble turno en el Estadio de Huancayo, ubicado en el departamento de Junín, a más de 3000 metros sobre el nivel del mar. A pesar de la menor presión atmosférica y la baja densidad del aire, la intensidad de sus entrenamientos fue tan alta que, luego, le costó paliar sus dolores musculares e incluso conciliar el sueño durante algunas noches.
Pero en vísperas del vuelo trasatlántico y durante su concentración en el hotel europeo, redujo las cargas de su entrenamiento a una sola sesión, ya sea en las mañanas o las tardes, con tal de adaptarse al clima local y prevenir lesiones musculares, tan recurrentes en los últimos años. Bajo la supervisión de su entrenador, Raúl Pacheco, realizó ejercicios de movilidad articular o trotes regenerativos de manera intermitente, priorizando el descanso de sus músculos para llegar en óptimas condiciones al evento.
“El trabajo de mi entrenador me pareció muy importante, pues elaboró un plan de acuerdo a mis capacidades y siempre estuvo atento de mí. Me motivó y me ayudó bastante para estar más tranquila y concentrada. Creo que por el mismo hecho de que también fue atleta, ahora como entrenador tiene más química conmigo”, dice Thalia.
El día de la competencia, cuando oyó el disparo de partida desde su posición en el corral de atletas de élite —separado por una cinta del resto de competidores—, Thalia disipó sus nervios, abstrajo su mente del entorno y, tomando un respiro hondo, revitalizante, arrancó con trote firme, confiando plenamente en su experiencia y los frutos de su ardua preparación física.
Durante el trayecto de más de cuarenta y dos kilómetros, mientras surcaba las sinuosas calles de la ‘Manhattan del Mosa’ —donde el paisaje portuario, la vegetación exuberante y la arquitectura moderna confluyen en cada esquina—, la joven atleta mantuvo los ojos clavados en el pavimento, enfocada en controlar su ritmo de carrera y respiración, calcular cada cierto tiempo su distancia recorrida, planificar sus turnos de hidratación y tratar de igualar el ritmo de sus rivales.
Hacia la recta final, una multitud cada vez mayor, agolpada contra las vallas metálicas de seguridad, la recibió con una calurosa ovación, prorrumpiendo en aplausos, flameando diversas banderas y pancartas, y tomando fotos con sus cámaras o celulares. Aunque Thalia no pudo identificar a ningún compatriota, su corazón latió de orgullo al escuchar claramente que, en medio del barullo, algunas personas coreaban su apellido y el nombre de su país, impresos en ambos lados de su dorsal. Una suave brisa marina perfumó de pronto aquella tarde soleada. Thalia, optimista, vio en todo ello señales seguras de buen augurio. El sueño olímpico estaba más cerca que nunca.
Inicios en el deporte
Natural de Lauricocha, provincia de la región Huánuco, Thalia Valdivia Magariño creció en una localidad surcada por colinas, senderos y montañas. En su adolescencia, estos parajes se transformaron en el terreno perfecto para cultivar su pasión por la carrera de senderos (trail running) y el campo a través (cross country), dos modalidades del atletismo que consisten en correr en espacios abiertos o boscosos con toda clase obstáculos naturales y climáticos.
Su pasión por ambos deportes la llevó a competir en torneos nacionales, panamericanos e incluso mundiales, donde cosechó múltiples preseas representando al Perú. En el año 2022, sin embargo, una grave lesión producida durante una carrera de trail running la llevó a replantear sus objetivos deportivos y dejar esta disciplina, dada la alta exigencia física que suponía. Aunque ya para entonces tenía otra gran pasión: el atletismo.
El 11 de octubre de 2013, tras el anuncio de la designación de Lima como sede de los Juegos Panamericanos de 2019, Thalia, con solo 17 años, renovó su espíritu deportivo y vislumbró en las pistas de atletismo la gran pasión de su vida y una oportunidad única para llegar a la élite del deporte.
El ascenso a la élite del atletismo
Años después, con la ilusión de participar en este magno evento deportivo, tomó la difícil decisión de abandonar sus estudios de Sociología a mitad de carrera y mudarse a Lima sola, por primera vez, para dedicarse profesionalmente al atletismo, a pesar de la tenaz oposición de sus padres, que consideraban su determinación como un acto de rebeldía injustificada.
“Al inicio, mis padres no estuvieron de acuerdo con mi decisión. Me dijeron que no debía dejar los estudios porque ellos no entendían tanto qué era el deporte o qué cosas podía lograr. Pero al final, con mis logros posteriores, mi familia me logró entender y aceptar mi decisión”, recuerda Thalia.
En los Juegos Panamericanos de Lima 2019, donde tanto había aspirado competir, tuvo un debut profesional de ensueño. En un Estadio Atlético de la Videna repleto y vibrante, donde primaba el aliento eufórico de la hinchada local, entre la que estaba su propia madre viéndola orgullosa, Thalia finalizó en la sexta posición de la prueba de 10 km, despertando gran ilusión en el atletismo peruano.
Con una mayor experiencia y preparación física, Thalia mejoró su posición en Santiago 2023 al ocupar el cuarto lugar en la misma prueba, detrás de su compatriota Luzmery Rojas, quien alzó la presea de oro. Pero casi nadie imaginó entonces que, seis meses después, en una lejana maratón de Róterdam, aquella joven promesa lograría un hito en el atletismo peruano al clasificar a los próximos Juegos Olímpicos e imponer un nuevo récord nacional que también sería la tercera mejor marca sudamericana vigente.
Planes a futuro
A mediano plazo, la atleta huanuqueña planea seguir compitiendo en campeonatos nacionales y regionales, entre ellos, los próximos Juegos Panamericanos y Parapanamericanos de Lima 2027, cuya reciente designación saludó con entusiasmo, pues la considera una oportunidad única para seguir promoviendo el desarrollo de la gestión e infraestructura deportiva nacional desde el Estado.
“Mi objetivo es seguir superándome yo misma cada día más y romper mis propios límites y mis propias marcas para representar al Perú de la mejor manera y dar mi 100% en las competencias”, asegura Thalia.
Finalmente, la joven deportista recuerda a las nuevas generaciones de atletas que la disciplina y la resiliencia son las claves para lograr sus objetivos personales, sobre todo en situaciones adversas, como las lesiones o las derrotas que ella ha afrontado tanto en los últimos años. “Además, a las personas en general les diría que se involucren en el deporte porque es bonito, te enseña a tener una mejor filosofía de vida, a tener mucha disciplina, te libera de mucho estrés y aparte de eso te da buena salud”, concluye la deportista olímpica.
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