Galia Maldonando: “El heels dance es la revolución perfecta para descubrir tu sensualidad”

Arte: Valeria Fernandez

Entre el vértigo de los tacones y el pulso de la música, Galia Maldonado transforma la sensualidad en un acto de libertad. En cada paso desafía los prejuicios y reivindica el derecho de las mujeres a habitar su cuerpo sin miedo ni culpa.

Galia Maldonado (@galiamaldonado_). Fuente: El Comercio

Al ritmo de Hips don´t lie de Shakira, una Galia de ocho años movía las caderas de manera ondulante con una energía que la rebasaba. Desde que tiene memoria, soñaba con convertirse en bailarina, aunque no sabía con exactitud de qué género. En algún momento experimentó con el ballet, jazz, hip-hop, breaking y urbano. Cada uno de estos se mostraba como un fuerte candidato para responder a su deseo, pero sentía que ninguno le permitía ser complementamente ella. 

Quince años después, lo consiguió. Hoy en día usa un top con pedrería plateada, un short jean diminuto y unos tacones negros de talla número nueve. Estos elementos han dado vida a Galia Maldonado (28) y a su estudio Heels Bitch

Galia y los tacones no siempre estuvieron destinados a vivir juntos. Producto de una presentación, tuvieron su primer encuentro, marcado por la incomodidad reflejada en su rostro. Esa experiencia la motivó a inscribirse en un taller de tacones altos a cargo de Sandra Begué, a quien considera la persona indicada para convertir este baile en un movimiento que ayuda a las mujeres a sentirse cómodas con su cuerpo y su sensualidad. Gracias a su constancia llegó a ser una de las asistentes de Begué, lo que le permitió desenvolverse como profesora de este arte un par de años después.  

—¿Por qué te introdujiste en el mundo del heels dance? ¿Qué te permitía hacer a diferencia de otros bailes?

Me introduje en los heels porque sentía que podía explorar mi sensualidad, mi feminidad, ser más aguerrida y atrevida. Al comienzo solo lo mostraba en clase, nunca afuera porque me daba roche. Pero, a medida que fui entrenando, me sentía más cómoda con mi cuerpo, y eso me ayudó mucho a poder desenvolverme más en otras áreas de mi vida. Ahora me pongo lo que quiero, me puedo pintar el cabello de rojo y me da igual lo que piensa el resto. Desde mi experiencia como bailarina y profesora, este estilo ayuda a curar esas heridas en las mujeres que tal vez no nos damos cuenta que tenemos. Cada una tiene sus propios issues con su cuerpo, pero cuando estás bailando ya te da igual. Siento que el heels es la revolución perfecta para descubrir tu sensualidad. 

—¿Qué sientes cuando bailas con tus tacones negros?

(Suspira) El baile en tacos te genera una sensación que te saca de ti misma. Tienes que subir. Tal vez eres un 10, pero te pones los tacos y te vuelves un 100. Nadie entiende con exactitud a qué se debe esa sensación. Nosotras lo llamamos alter ego. Cuando bailo me transformo en otra persona, soy un personaje: “Yo soy Galia”.

—¿Quién es la “otra Galia”?

Creo que es una Galia que no tiene ningún miedo. Una Galia que se puede mostrar de manera totalmente libre, sin sentirse criticada ni juzgada. Una Galia libre en todos los sentidos: cuerpo y mente. Lo mejor es que esta Galia ya no es tan diferente a la que usa zapatillas o vive su día a día. Antes sentía que debía alcanzar a mi alter ego, pero ahora siento que estamos en el mismo mindset.

Galia Maldonado es conocida en el mundo artístico de los heels como “Galia Bitch”. Fuente: Instagram de Galia.

¿Qué significado tienen los heels en tu vida? 

—Para mi, significa empoderamiento femenenino, netamente. Poder encontrar realmente tu sensualidad, pero no una sensualidad física ni corporal, sino lo que a una le parece sensual.

—¿Qué es ser sensual para ti?

—Ser tal y como eres: sin miedos, fresca, relajada, chill; nadie que es sensual está tenso. Todo eso me permite ingresar a un ambiente sensual. Lo corporal y lo mental se complementan, los dos están trabajando en conjunto. El heels dance es un baile performativo de interpretación pura del cuerpo. Si no tienes el rostro, la gestualidad, la intencionalidad de decir algo a través de tus movimientos que hacen uso de tu mirada, tus labios o tu útero, no va a funcionar. Entonces, siento que los heels son esas sensaciones indescriptibles que primero me provocan a mí y luego contagian al resto.

—¿Cuáles son las dificultades de practicar este baile?

En sí, hay muchas. Primero, son los tacones. Debes aprender toda una técnica para sentirte en confianza. El cuerpo se adapta a esta nueva corporalidad en unos 3 a 4 meses. No solo estás bailando, caminando o posando; estás haciendo algo que tal vez nunca en tu vida has hecho. 

Pero más allá del cuerpo, tu mente se convierte en tu principal enemigo. Esa voz interna que te dice: “¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Y si alguien me viera?”. Existe una infinidad de miedos que, específicamente, están relacionados con los tabúes que se han creado alrededor de la sexualidad. Para iniciar en los heels, una debe sentirse cómoda, aceptar el reto, entregarse de lleno a la clase y decir: “Yo puedo hacerlo”. 

Galia bailando con sus alumnas en su estudio. Fuente: Instagram de Galia.

—¿Cómo se trabaja la performance que ayuda a sentirse libre y cómoda con una misma?

Es un trabajo interno que vas haciendo desde tu primera interacción puestos los tacones en el estudio. Al inicio vienes con ropa deportiva, luego optas por un body o un short. Vas cambiando tu percepción, tu forma de vestir. A la semana siguiente miras a una chica que se maquilló, tú también lo haces porque se ve bien. Poco a poco, te sientes más libre con tu cuerpo, ya no sientes tanto miedo de dar tu opinión, de expresarlo con tu cuerpo. Las chicas siempre dicen: “Puedo reflejar cómo me siento con mis tacos cuando estoy en el trabajo”.

—¿Qué te motivó a crear tu propio estudio?

(Sonríe) No fue planeado. Siempre tuve la visión de querer ser empresaria como mi familia; quería mi propio negocio y ser independiente. No tenía claro qué tipo de negocio, solo estaba segura de que debía estar vinculado a lo artístico. En la pandemia, la situación hizo que dictara las clases de manera virtual, fue todo un reto. Pasó como un año y abrí un taller presencial en Garage Studio. Se llenó inmediatamente el primer mes, en el segundo abrí dos horarios y en el tercero incrementé más. Ese mismo año, saqué mi presupuesto y me dije: “Con lo que estoy pagando de alquiler por casi siete u ocho horarios, le sumo un poco más y puedo pagar un estudio propio”. 

En el lugar donde enseñaba, las puertas eran de vidrio. Los hombres pasaban por ahí y se quedaban pegados en la puerta. A pesar de que pedía por favor que no lo hicieran, ellos respondían: “Solo estamos viendo”. Me disgustaba la situación porque no generaba un espacio realmente seguro para las chicas y, además, no estaba bajo mi control. Eso fue lo que principalmente me motivó a abrir mi propio estudio acá en San Borja hace ya 5 años. 

—¿Con qué facilidad se suele confundir la sensualidad del heels dance con el morbo?

Es muy fácil, de hecho. Y eso no depende de una misma, sino de la cultura en la cual vivimos, de cómo debe ser una mujer. En mi caso, cuando me maquillo y uso un top pequeño, las personas se me quedan mirando de manera muy morbosa, buscando tu atención. No es solo una vez, son varias veces  al día. Es bastante incómodo. Pero nunca estaría tapada ni abandonaría todo lo que he trabajado con los heels en clase. Si tú quieres ser de tal forma en el salón o en la calle, debes mostrarlo, sin importar lo que suceda en la sociedad.

A diario, me he ganado comentarios en Tik Tok por las redes sociales de la escuela. Por ejemplo, la palabra bitch está mal vista, especialmente aquí en Perú. Varias veces nos han bajado la cuenta; en este momento tenemos tres. Hemos optado por crear una tercera que se llama Heels Studio porque el bitch nos trae muchas complicaciones. También hay muchos comentarios basados en la religión, justificando que la mujer no debe mostrarse de esa manera. Incluso, muchas mujeres piensan igual, considerando a este baile como muy explícito.

Lo que buscan los heels es netamente provocación artística. Nosotras bailamos en auditorios y escenarios profesionales, no en burdeles. Ahí radica la principal diferencia con el trabajo sexual. 

—¿Quién es tu referente a nivel mundial de los heels?

Aisha Francis. Ella es literalmente la madre de los heels, inició con todo el movimiento. Es una excelente maestra, tiene estas habilidades para poder llegar a cada persona, de corregirte con el feedback específico. Ella te dice: “Yo te siento así internamente, por eso creo que no te sale este movimiento”. Tiene un ojo que ve más allá de solamente el cuerpo. Además, nadie mueve como ella los cabellos, es ondulante y sensual. Hace poco tuve la oportunidad de viajar a New York y la pude conocer. 

Galia y Aisha Francis en Nueva York. Fuente: Archivo personal.

—¿Cuáles son las metas a futuro que tienes para los heels?

Como bailarina, me gustaría volver a Estados Unidos para obtener trabajos más grandes y profesionales, en conciertos a los cuales apunto. Aparte de los heels, también me gusta mucho lo burlesque, que tiene toda una performance en los bares. Como profesora, me gustaría hacer un coaching profesional para poder orientar mejor a mis alumnas. 

Como empresaria, estoy tomando mentorías con gente capacitada en micro-empresas para convertirlas en macro, ya que la meta de la escuela es poder abrir más sedes: una en La Molina y otra en Miraflores. La meta principal es hacer una revolución en los tacones, que no se quede en palabras, sino en accionar: mostrarlo en más eventos, en las calles, para que más personas se atrevan a hacerlo, porque eso es algo que me pasó a mí. Nunca entré a un salón de danza para querer ser bailarina. Vi obras, gente bailando en la calle, eso me inspiró y eso es lo que yo quiero hacer. 

—¿Algunas recomendaciones para los interesadas(os) en practicar este baile?

De preferencia, hay que entrenar en las primeras clases sin tacones, en su lugar zapatillas. Eso te permite crear conciencia corporal. Después de unas clases, puedes pasar con los tacos. Si uno desea formarse como bailarín de heels, primero debe practicar los estilos del jazz por su agilidad; el ballet por el trabajo de las puntas de los pies y la postura; y el contemporáneo para los movimientos en el piso. Eso con base técnica y ya de ahí depende de tus gustos personales.

Sunim Cardenas

Estudiante de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, quedó en el segundo puesto en la categoría ensayo de los Juegos Florales de dicha universidad. Redactora periodística y creadora de contenido en el medio digital Departe.

Autor

  • Estudiante de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, quedó en el segundo puesto en la categoría ensayo de los Juegos Florales de dicha universidad. Redactora periodística y creadora de contenido en el medio digital Departe.

    Ver todas las entradas

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top