La ansiedad, frustración y maduración de un canterano: la importancia del psicólogo deportivo en el fútbol de menores del Perú

Piero Quispe (21), Percy Liza (23) y Sebastian Pineau (20) son las promesas de los clubes de fútbol más destacados del Perú. Foto montaje: Sebastián Paico.

Por Sebastián Paico

Un estudio realizado por la Federación Internacional de Futbolistas Profesional (FIFPRO) reveló que el 9% de los futbolistas activos presentan síntomas de ansiedad y depresión. Estas afecciones comienzan incluso cuando son jóvenes promesas en las canteras de sus clubes, por lo cual los psicólogos deportivos tienen un rol importante en la formación y la salud mental de estos adolescentes. Sin embargo, en Perú, no todos los clubes de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) cuentan con estos profesionales especializados. 

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Los menores que sueñan con ser futbolistas profesionales tienen un largo camino que muy pocos logran alcanzar. Muchos de ellos abandonan sus anhelos por el demandante esfuerzo físico y mental que conlleva la alta competencia de la formación de menores.

En el proceso selectivo, solo quienes destacan por su talento son seleccionados para debutar en el primer plantel profesional. No obstante, su nivel de fortaleza mental es otro factor que puede determinar el éxito de sus carreras. 

Por ello, los canteranos tienen metas deportivas establecidas que los motivan a exigirse, incluso, en ocasiones, a sobrepasar sus capacidades. Ante esta situación, los jóvenes tienen que combatir con la ansiedad y el estrés que les genera antes, durante y después de cada encuentro.

Asimismo, deben aprender a lidiar con la frustración tras el fracaso, porque, a pesar de los esfuerzos por cumplir con estas metas durante el torneo, cada partido se desarrolla en diversos contextos que pueden ser desfavorables y con una solución fuera de alcance.

En este contexto, es importante que psicólogos deportivos orienten a los canteranos que recién empiezan a compaginar su desarrollo personal con la responsabilidad de su futuro profesional a temprana edad. 

En opinión del psicólogo Leopoldo Caravedo, el rol del psicólogo deportivo es tan esencial como el entrenamiento físico y técnico del canterano. “El psicólogo [deportivo] no solo se encarga de la parte educativa o corregir sus indisciplinas, sino también en asegurar con el tiempo el alto rendimiento del jugador tanto dentro como fuera de la cancha, así como en otros aspectos de su formación personal”, explica.

Por su parte, el psicólogo deportivo Julio Peche acota que esta formación requiere de una investigación individual de los deportistas para conocer sus malestares y preocupaciones que repercuten en su rendimiento dentro del campo. Además, “estas evaluaciones también son indicativas para detectar psicopatologías, cuyas conductas negativas derivan del resultado de las costumbres familiares y sociales que influyen en su personalidad”, asevera.

En el fútbol profesional peruano, son pocos los clubes que han invertido en la formación de jóvenes promesas que puedan rendir óptimamente en los partidos en que la exigencia física y psicológica es demandante y agotadora. Esto se puede lograr cuando los objetivos futbolísticos están claros y, principalmente, el adolescente tenga un equilibrio en su salud mental.

La mentalidad de un canterano

Los canteranos, sin una debida supervisión de sus padres y/o psicólogos, son propensos a cuadros de estrés, angustia y frustración a lo largo de su instrucción futbolística. En la adolescencia, algunas de las causas principales que afectan la salud física y mental son la depresión, la ansiedad y los trastornos de comportamiento, según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Si bien no existen estudios a profundidad acerca de la preparación psicológica de los jóvenes futbolistas peruanos, las experiencias de varios psicólogos deportivos demuestran que es un asunto que debe tener mayor relevancia en la correcta e integral formación de estos futuros profesionales.

La división de menores sub 18 de Universitario de Deportes y Alianza Lima se enfrentaron en un partido que igualó 0 a 0 por la Copa Generación. Foto: Depor.

Hugo La Torre considera que la instrucción de los canteranos inicia desde las reglas de convivencia del grupo. Cuando fue parte del plantel técnico de las diferentes categorías de Alianza Lima y Deportivo Municipal, la implementación de “actitudes correctas” ayudó a consolidar un equipo competitivo con base en el respeto y la unión. “Primero se forma el equipo y luego lo deportivo, porque la confianza y el compañerismo son esenciales para trabajar como uno solo”, expresó.

A partir de su experiencia de trabajo en las divisiones menores de Alianza Lima y de Cristal, Julio Peche recalcó que no se puede ser un gran futbolista profesional si desde jóvenes no aprenden a reconocer y gestionar sus emociones.

La capacidad de identificarlas es un aspecto clave para el desarrollo de la autoestima, pues proporciona las herramientas para afrontar los problemas que se presentan en el campo y en su vida personal. Asimismo, esta gestión emocional es el primer paso para la mentalidad de superación y maduración que a muchos jugadores jóvenes todavía les falta para destacar en la liga local o, aún peor, al enfrentarse a clubes extranjeros en competencias internacionales.

Esta maduración se complementa con la autoevaluación y la responsabilidad de uno mismo. Algunos jugadores peruanos persisten con la mentalidad infantil, porque no cumplen con los roles acorde a su edad, lo que les impide tener la iniciativa de afrontar nuevos retos que prueben sus habilidades físicas y mentales.

Cuando estos desafíos de alto rendimiento se presentan a estos jóvenes inmaduros, aunque presenten cualidades deportivas destacadas, la poca preparación mental es lo que define su pésimo rendimiento en la cancha y, en ocasiones, la derrota de su club. 

“Al perder esos partidos, están frustrados y decepcionados. Nadie aprende si no lo vive. Hay que cometer errores y aprender de ellos. A levantarse de nuevo y crecer poco a poco, porque esos pensamientos negativos repercuten en su futuro profesional y personal”, enfatizó La Torre.

Mientras que los clubes europeos trabajan con un departamento de psicología que evalúa las diferentes categorías de menores, en el Perú pocos clubes han contratado a psicólogos deportivos como parte de su plantel técnico. Además, por lo general, su trabajo se vio limitado por la poca inversión a largo plazo de la continuidad de estos proyectos.

Leopoldo Caravedo trabajó en la división de menores de Alianza Lima en la categoría de 1998-1999. En esa época, el club blanquiazul tenía un convenio educativo con el profesor Constantino Carvalho Rey, director del colegio Reyes Rojos. De esa forma, jóvenes promesas de ese entonces como Jefferson Farfán y Paolo Guerrero pudieron completar su instrucción futbolística con la educación de calidad para su desarrollo personal.

“Cuando los jugadores de ambos equipos tienen similar o igual nivel deportivo, es la mentalidad y el control de las emociones lo que los diferencia y les da ventaja como profesionales. Pero este proceso toma mucho tiempo, paciencia y madurez”, declaró.

Hugo La Torre, Julio Peche y Leopoldo Caravedo, destacados psicólogos deportivos, han trabajado con las diferentes categorías de menores y con los equipos profesionales de los clubes del fútbol peruano. Montaje fotográfico: Maricielo Rivera.

De igual importancia, estas futuras promesas del fútbol peruano no lograrán su máximo rendimiento si no parten de los valores, ya que el deporte más popular del país no solo es un juego, sino una formación de las personas.

Sin embargo, las actitudes negativas de jugadores en formación son producto del desinterés generalizado de las personas que ha normalizado las indisciplinas y el poco profesionalismo de estos. Asimismo, la falta de apoyo en la educación y en los deportes por parte del Estado ha provocado el estancamiento de talentos de élite en todo el país.

Por ello, Julio César Uribe, exjugador de la selección peruana de fútbol, puntualizó la necesidad de que los clubes se comprometan con ofrecer una sólida enseñanza en valores en sus divisiones menores, pues los futbolistas no pueden formarse adecuadamente si no poseen disciplina, ambición, solidaridad, responsabilidad y, sobre todo, respeto. Los valores son los principios de las personas que parten de la familia, la escuela y la sociedad, respectivamente.

“La importancia de enseñar valores en las canteras es fundamental. Si la familia es disfuncional y se normaliza las actitudes violentas, si en la educación de los colegios no motiva a estudiar y a ser responsables, y si el lugar de residencia del chico es peligroso y al alcance de las drogas, las canteras de fútbol deben abrir las oportunidades de mejorar dentro de una sociedad que obstaculiza estos cambios por sus malas enseñanzas y antivalores”, subrayó El Diamante.

Clubes sin psicólogos

Dada la relevancia de la salud mental en el desarrollo del deportista profesional, la liga nacional de fútbol exige, por temas de licencia, que los clubes que participan en la Liga 1 cuenten con un psicólogo deportivo en su equipo técnico, ya sea en su división profesional o sus diferentes categorías de menores. Sin embargo, solo 12 de 19 equipos de la primera división cuentan por lo menos con un psicólogo en su equipo técnico.

“Si bien es obligatorio esta normativa, no se cumple cabalmente. Existe todavía mucha informalidad. Hay algunas instituciones que no la toman en cuenta al inscribir a psicólogos que al final no son contratados en el cuerpo técnico del club”, reveló Marcos Moschella, psicólogo deportivo de la FPF.

Julio Peche destaca la importancia de la fortaleza mental de los futbolistas que se imparte en las canteras, dado que esto es lo que “diferencia un deportista de alto rendimiento a uno que tenga las condiciones físicas para rendir un partido de 90 minutos”.

Aunque el camino para conseguirlo es muy largo, sin fortaleza mental no se puede superar las provocaciones, la agresividad y los temores que experimentan los jugadores en el campo. Moschella remarcó que estas características se forjan desde las canteras, donde se debe enseñar la mentalidad de superación que les da a estos adolescentes la confianza para equivocarse y recuperarse.

La Sub-17

Este proceso de formación inicia con la identificación de los problemas de un canterano. A partir de ello, los psicólogos deportivos pueden forjar la mentalidad ganadora que estos adolescentes requieren. Marcos Moschella se encargó de orientar a los chicos de la selección peruana de fútbol en el Sudamericano Sub-17 realizado en Ecuador, cuyos resultados dejaron a la blanquirroja en el último puesto con un solo punto y nueve goles en contra.

Mediante entrevistas y el perfil psicológico de cada uno, Moschella trabajó con estos adolescentes en el reconocimiento de las emociones y las técnicas de relajación para una adecuada respuesta ante la agresividad y la ansiedad que experimentan en cada encuentro

La selección peruana Sub-17 junto con el cuerpo técnico previo al comienzo de la Sudamericana Sub-17 realizada en Ecuador. Foto: ESPN.

Sin embargo, este tipo de entrenamiento requiere de tiempo para consolidar tanto individual como colectivamente esta gestión emocional. Asimismo, los problemas personales y familiares influyen en la desconcentración y la irritabilidad de estos jóvenes que repercuten en su rendimiento en el campo y su manera de jugar.

“Ahora es mucho más complicado relajarse, ya que las mismas redes sociales, los problemas personales y las actividades diarias los mantienen distraídos. Prácticamente, no tienen tiempo para meditar, pensar y conocerse a uno mismo y sus emociones”, resaltó.

Esta formación no solo se centra en la gestión emocional, sino también en la motivación. Jennyfer Cóndor, psicóloga deportiva, recalcó la necesidad de estos espacios de entrenamiento de salud mental que favorezcan la concentración, la toma de decisiones y la comunicación interna con el fin de unificar el grupo. “Por más que todos sean unos Messi ‘s, si no hay equipo, no se conseguirán los resultados deseados”, opinó.

Jennyfer Cóndor y Julio César Uribe en una conferencia sobre la importancia de la psicología, las canteras, la familia y la sociedad en la formación de futbolistas profesionales. Foto: Sebastián Paico.

Al mismo tiempo del aprendizaje emocional, el psicólogo deportivo de la selección peruana sub 17 puntualizó que la mentalidad de estos adolescentes debe acostumbrarse a “pasar la página, a vivir cada partido como uno diferente”. Lidiar con la frustración de la derrota es la clave de superación y fortaleza mental que caracteriza a un deportista de élite.

“Si estos jóvenes piensan demasiado en el futuro, eso les generará ansiedad por cumplir con las expectativas. Si ellos recuerdan los fracasos del pasado, se estancan por no superarlos. Un futbolista debe pensar en el presente de cada partido: pasar la página en las derrotas y aprender en las victorias. Esa es la manera más eficiente para conseguir los objetivos a largo plazo tanto de uno mismo como en grupo”, sostuvo Moschella. 

En el caso de la Sudamericana en que los chicos pasaron por un proceso agotador, Leopoldo Caravedo sugirió que es recomendable enfocarse en el trabajo de contención emocional con el fin de que tengan la confianza y seguridad de conversar sobre sus miedos, complejos y expectativas impuestas durante y después esta competencia.

De ese modo, se realiza un seguimiento individual ante la posibilidad de cuadros de estrés, ansiedad y depresión. Caravedo indicó que este es un esfuerzo y compromiso de estar con ellos, darles su tiempo para que se desahoguen, se recuperen y se levanten más fuertes y con la experiencia y madurez para afrontar nuevos desafíos.

Si bien el éxito es el objetivo fundamental de los equipos y deportistas al competir en un torneo de alto rendimiento, se ignora totalmente el desempeño y el rendimiento de ellos durante el proceso.

En el caso del fracaso de la Sub-17, Jennyfer Cóndor puntualizó que el trabajo del psicólogo no solo se les prepara a los jugadores para la competición, sino que también en la satisfacción de estos mismos por su desempeño al dar su máximo esfuerzo en cada partido. 

Aunque falte mucho por recorrer en el camino de la preparación de los integrantes de un equipo, es esencial que los psicólogos deportivos influyan en estos deportistas a reconocer la relación entre su desempeño y su rendimiento al terminar los encuentros, porque es un indicativo del nivel de confianza, fortaleza mental y motivación por superarse. 

“El desempeño es un ejercicio de ensayo y error, pero que siempre debe estar enfocado en adquirir experiencia de juego y fortalecer su mentalidad. Porque donde hay un canterano entrenando con una pelota, hay psicología que se debe de trabajar”, finalizó Jennyfer Cóndor. 

Sebastián Paico

Estudiante de décimo ciclo de Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Redactor periodístico en Departe.

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Una respuesta a «La ansiedad, frustración y maduración de un canterano: la importancia del psicólogo deportivo en el fútbol de menores del Perú»

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