Este año se está celebrando la edición número 44 de la Copa América en los Estados Unidos, país de la Concacaf que se ofreció a organizarla por segunda vez en la historia de este torneo. Además de las 10 selecciones de la Conmebol, participarán seis selecciones de la Concacaf, incluyendo al anfitrión. Esta es la primera Copa América post-pandemia, y también post-eliminación peruana al mundial de Qatar 2022, situación que genera un clima frío, de incertidumbre y de muchas preguntas, lo cual se intensifica luego de la llegada del uruguayo Jorge Fossati como director técnico de la bicolor, en reemplazo de la desastrosa gestión de Juan Reynoso. En esta Copa América tenemos a las nuevas figuras como Oliver Sonne y Gianluca Lapadula, junto a jugadores más experimentados como Luis Advíncula, Aldo Corzo, e incluso Guerrero y Cueva.
En estas tres fechas nuestra selección ha disputado sus partidos ante las otras selecciones del Grupo A: Chile, Canadá y Argentina. Lamentablemente, y desde un punto de vista objetivo, los resultados han sido decepcionantes: un empate 0-0 frente a Chile, una sorpresiva derrota 1-0 frente a la selección canadiense y un esperable fracaso 2-0 frente a la albiceleste. Esta situación elimina automáticamente a la bicolor en la Copa América, que la terminó sin realizar un solo gol por primera vez en su historia. Al estar en la última posición en el Grupo A, el Perú cayó eliminado en 1era fase luego de 29 años, la última ocasión en que se alcanzó este vergonzoso puesto fue en Uruguay 1995. Esta última derrota ante Argentina, marca un nuevo punto de inflexión en la selección peruana. Nunca antes la selección había tocado fondo de tal manera, una situación que recuerda bastante al Perú de la era Chemo del Solar, cuando terminamos en último lugar en la tabla, por debajo de Bolivia o Venezuela. O si nos vamos un poco más cerca, a la igual de sorpresiva derrota ante otra selección de la Commonwealth: Australia, durante el repechaje para Qatar 2022.
Además, no podemos olvidar que este 2024 se cumple casi medio siglo del último triunfo de la selección peruana en una competencia internacional: la Copa América de 1975, luego de que le hayamos ganado a la selección de Colombia por un marcador total de 3-1, con jugadores tan legendarios como Juan Carlos Oblitas, Héctor Chumpitaz, Percy Rojas, entre muchos otros. Estos tiempos ya son historia, son eventos que nuestros padres y abuelos tuvieron la dicha de ver en vivo en directo, ya sea a través de las pantallas de unos viejos televisores Zenith o Philco, o yendo al Estadio Nacional a alentar a la bicolor en su segundo partido que terminó en 2-0 a favor de la blanquirroja.
Y, regresando algunas décadas más hacia el pasado cercano de fines de los 2010s no debemos olvidar que estuvimos de alcanzar la preciada copa fue el 7 de julio del 2019, cuando enfrentamos a Brasil en la final de la Copa América jugada en la nación lusófona, pero caímos por 3-1 y solo nos quedamos con el 2do lugar. A pesar de la derrota, se respiraba un ambiente de optimismo y alegría, tan vigente en nuestro país desde nuestra clasificación a Rusia 2018 aquel diciembre del 2017 y que llegaría a su punto más alto en junio para el mundial del año siguiente. Qué gran diferencia entre ambos escenarios, el Perú de 1975 e incluso del 2019 es totalmente irreconocible al del 2024.
En conclusión, tenemos a un equipo que está en su punto más bajo, cuyo desempeño actual es más que insuficiente, y que ha cerrado una racha de 29 años pasando a 4tos de final. Pero también es momento de una reingeniería de la selección desde adentro: no solo mediante el cambio de futbolistas (especialmente los más veteranos), por jóvenes talentos, sino también reformando las instituciones, incluyendo a los cargos más altos. Estoy convencido de que, si se gestiona un cambio radical en la Federación, se podrá lograr por lo menos, llegar entre los 4 primeros puestos en la próxima Copa América y, por qué no, clasificar al mundial del 2030.
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