Este año se cumplieron 40 años del estreno de una de las películas más queridas y aclamadas en todo el mundo. Volver al futuro (Back to the future) no solo fue un éxito taquillero inmediato, sino que también se convirtió en un fenómeno cultural global que incluso hoy, cuatro décadas después, sigue siendo ovacionada por muchos.
La fama de este filme era prevista. Bajo la dirección de Robert Zemeckis, quien posteriormente estuvo a cargo de cintas galardonadas como Forrest Gump y Náufrago, la producción de Steven Spielberg, responsable de cánones como Tiburón y La lista de Schindler, y el guionista nominado al premio Oscar Bob Gale lograron una trama exquisita que mezcla la ciencia ficción, la aventura y la comedia.
Esta historia nació de casualidad. Un joven Bob Gale encontró el anuario de su padre y, viendo sus fotografías, se preguntó si de adolescentes ellos dos habrían sido amigos. A partir de esta ingeniosidad, desarrolló junto a Zemeckis una historia de viajes temporales donde las paradojas familiares se convertirían en el clímax de la trama.
Sin embargo, esta historia, favorita de muchos, por poco no resulta de la manera en que la conocemos. El guion fue rechazado más de 40 veces. Los estudios no apostaban por temas sobre viajes en el tiempo o la consideraban un posible fracaso. No obstante, finalmente fue acogida por Universal.
Los problemas no quedaban ahí. A pesar de que pensaron principalmente en Michael J. Fox para el personaje de Marty McFly, este fue interpretado por Eric Stoltz al inicio del rodaje, ya que Fox se encontraba bajo contrato en la serie Family Ties, pero la actuación de este no convencía a la producción y optaron por reiterar el ofrecimiento a Fox bajo cambios en el rodaje. Esta es la razón por la que la mayoría de las escenas llevadas a cabo en la primera entrega de Volver al futuro son grabadas por la noche.
Los productores contaron a los medios que, originalmente, la máquina del tiempo sería un refrigerador, pero Spielberg temía que los niños intentaran imitar la escena y tuvieron que pensar en otras opciones. Así surgió el DeLorean, un automóvil de aspecto futurista, cuyas puertas tipo ala de gaviota evocaban una nave espacial. Se sabe que incluso la marca Ford ofreció financiamiento para reemplazarlo por sus ejemplares, pero Gale fue tajante al responder que nuestro Doc jamás conduciría un Mustang.
Esta película también cuenta con grandes aportes musicales. El éxito mundial The Power of Love fue compuesta especialmente para el largometraje por Huey Lewis & The News. En la escena donde Marty se presenta como “extraterrestre” hacia su padre, el solo de guitarra fue grabado por el fundador de la banda hard rock Van Halen y además Chuck Berry autorizó que usaran Johnny B. Goode apenas un día antes de empezar el rodaje.
El impacto que tuvo este filme fue impresionante. Ronald Reagan, el entonces presidente de Estados Unidos, disfrutó tanto la película que, durante su discurso del Estado de la Unión, citó la famosa frase “Donde vamos no necesitamos carreteras”, estallando la euforia en el público.
Definitivamente las aventuras de Marty y su amigo científico el doctor Emmet Brown enredándose en distintas líneas temporales queda en la memoria y en los corazones de muchas personas, tanto así que nos cuesta imaginarla sin el DeLorean o sin Michael J. Fox o, peor aún, sin Christopher Lloyd.
La trilogía Volver al futuro es sin duda una cápsula del tiempo cinematográfica que sigue inspirando a nuevas generaciones de cineastas, escritores y soñadores. Más allá de los viajes en el tiempo, nos regala lecciones de vida: la importancia de tomar decisiones, confiar en uno mismo, entender que el futuro no está escrito y que lo que hacemos hoy sí importa. Que este artículo sirva de excusa para volver a ver por enésima vez aquella película que despierta nostalgias.
