Por Mayralejandra Aguirre
A menos de una semana de su estreno, “Super Mario Bros: La Película” es el largometraje animado con mejor acogida en los cines. Hasta la fecha, ya superó a otros éxitos de la misma categoría como ‘Frozen 2’ o ‘Mi villano favorito’ y ha recaudado 377 millones de dólares a nivel mundial.
Esta no es la primera vez que el famoso videojuego llega a la pantalla grande. En 1993 se realizó una versión live action, pero no obtuvo buenos resultados. Treinta años después, la historia de los hermanos Bros vuelve a las salas de cine gracias a Illumination, estudio que creó a los Minions, en asociación con Nintendo, empresa japonesa que distribuye el juego.
Aaron Horvath y Michael Jelenic, que desarrollaron la serie “Los jóvenes titanes en acción”, dirigieron este proyecto. Ambos, bajo la supervisión de Shigeru Miyamoto (creador de la saga de los videojuegos de Mario Bros) y el guión de Mathew Fogel (guionista de ‘Minions: El origen de Gru’), crearon una divertida y ligera representación del popular personaje.
La trama del filme se asemeja a la del primer videojuego de la saga, incluso la cinta lleva el mismo nombre: Super Mario Bros. La diferencia es que en vez de rescatar a la Princesa Peach de las garras del villano Bowser, Mario debe salvar a Luigi del rey de los Koopas.
La película también muestra cómo era la vida de los hermanos antes de entrar al mundo ficticio creado por Miyamoto. Si bien los seguidores de la saga ya conocen las personalidades de los protagonistas, el hermano mayor (Mario) es representado como valiente, mientras que el menor (Luigi) es temeroso.
La cinta no solo se centra en dar a conocer los orígenes de los personajes, sino que también muestra el lado más humano de los personajes. Esta es la primera aparición de los padres de los hermanos en el universo del popular videojuego. Nintendo ya había creado sus bocetos, pero no los usó por motivos desconocidos.
La presencia de los familiares convierte a los hermanos en personajes realistas con carencias y problemas con los que el público puede identificarse. La falta de apoyo por parte de los parientes al momento de iniciar un nuevo capítulo en su vida y la necesidad de hacer sentir orgullosos a sus progenitores se observan constantemente en la cinta.
Mario y Luigi buscan desesperadamente una forma de demostrar a todos que son capaces de manejar su propio negocio de fontanería. Por ello, deciden producir una fuga en las tuberías de la ciudad. Esto los termina llevando al mundo del videojuego.
Mario aparece en el Reino Champiñón, gobernado por la Princesa Peach y cuyos habitantes son los Toads. Mientras que Luigi se encuentra en las Tierras Oscuras, donde reina el villano Bowser, quien posee la Superestrella, objeto que vuelve invencible a quien lo toca. Además, el antagonista está enamorado de Peach.
Para salvar a su hermano, Mario cuenta con la ayuda de la princesa y Toad. Durante su travesía, aparecen otros personajes entrañables, como Donkey Kong, Cranky Kong y Yoshi, aunque este último de manera muy breve. También los villanos Bill Balazo, Kamek, tienen minutos en pantalla, así como los soldados Koopas.
Los tres personajes atraviesan escenarios que los fanáticos del videojuego reconocerán: Reino Champiñón, Reino Kong y La Senda Arco Iris. En este último, se realiza una clásica competencia de Mario Kart, videojuego de carreras de la misma franquicia.
Los ítems son una parte importante del juego, pues otorgan poderes a quien los toca. En el filme se observa la flor de fuego y de nieve, que brindan bolas ardientes o heladas respectivamente. Incluso, el protagonista llega a transformarse en Mario Felino, que le otorga características de un gato.
Sin embargo, no todo es perfecto en la trama, ya que hay detalles de los videojuegos que no se mencionan, como los límites de vidas y algunos personajes importantes brillan por su ausencia como Waldo, Wario o Daisy.
Aún así, “Super Mario Bros: La Película” invita a las nuevas generaciones a conocer las aventuras de los hermanos fontaneros y guía a los antiguos fanáticos por un universo que marcó su infancia. Es indudable que quien observe la cinta querrá correr por su consola y jugar alguno de los tantos videojuegos del popular fontanero.
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