Inteligencia artificial y creatividad humana: A propósito de la música generada por computadoras.

Hoy en día, la inteligencia artificial es una herramienta que nos resulta familiar. Incluso hemos aprendido a utilizar herramientas como ChatGPT para facilitarnos algunas tareas. ¿Cuál es el impacto de la IA en un ámbito masivo en todo el mundo como la música? Yuval Noah Harari reflexiona sobre el asunto en su clásico Homo Deus (2015) y en uno de sus libros más recientes 21 lecciones para el siglo XXI (2018). Para el autor, es posible que la inteligencia artificial pueda replicar o incluso superar a nuestra creatividad en ámbitos como el artístico. De hecho, la inteligencia artificial ya es capaz de inventar canciones. Harari menciona a un profesor de musicología de la Universidad de California, David Cope, pionero en la elaboración de programas que componen conciertos, sinfonías y óperas. Su primera creación le tardó siete años y logró componer 5,000 piezas al estilo de Bach en un solo día. Este es un antecedente a las posibilidades que tenemos en la actualidad, pues la música realizada por la IA, aparte de ser excelente desde el punto de vista técnico, parece haberse perfeccionado y expandido hacia distintos géneros musicales. 

Una de las críticas que saltan a la vista cuando se habla de música generada por computadoras es el exceso de precisión, lo cual muestra la falta de esencia de la que está dotada la música creada por humanos, pues solemos asociar el arte con nuestras emociones y tendemos a pensar que los artistas canalizan fuerzas psicológicas internas, capaces de conectar con nuestras propias emociones e inspirar en nosotros algún sentimiento nuevo. Esto es, en gran medida, cierto, pero los sentimientos y las emociones no son un fenómeno místico, sino el resultado de un proceso bioquímico. Cada organismo, dice Harari, es un conjunto de algoritmos orgánicos modelados por la selección natural a lo largo de millones de años de evolución. Por ello, la creatividad, la experiencia, la inspiración y las influencias de las que se vale un músico, no son más que una serie o conjunto de algoritmos descifrables por ordenadores. Entonces, si el arte se define por las emociones humanas y la música está conformada matemáticamente por melodía, ritmo y armonía, no debe ser tan complicado para la IA comprender, replicar y manipular las emociones humanas mejor que Los Beatles, Mozart o BTS. Sin ir muy lejos, hace unos meses el mundo despertó con una nueva canción de Los Beatles, Now and Then, basada en una vieja grabación de Lennon y mejorada con inteligencia artificial. El resultado fue enternecedor para los fanáticos. Si pasamos del punto de vista creativo al lucrativo, los algoritmos podrían ser incluso más útiles que los músicos y productores al momento de producir éxitos globales en serie. 

Para ejemplificar esto, es preciso mencionar un experimento que realicé hace unos meses. Solicité a la inteligencia artificial de uso gratuito “Udio” (www.udio.com), que genere una nueva canción de la famosa banda argentina Soda Stereo. El “prompt” o la orden fue la siguiente: genera una canción de rock oscura, con letras en español, cantada al estilo de un conocido músico argentino de los años ochenta. En menos de un minuto había generado el fragmento de una nueva canción con la voz del fallecido Gustavo Cerati. El parecido con el estilo musical de la banda también parecía irreal. La titulé “Enigma”, la edité colocando una imagen de los tres integrantes y la subí a TikTok como si fuera el fragmento de una canción perdida de la agrupación. Grande fue mi sorpresa cuando las vistas del vídeo comenzaron a subir y los usuarios, sorprendidos, me agradecían en los comentarios y me preguntaban dónde había encontrado la nueva canción. Otros, más escépticos y conocedores de la banda, afirmaban que se trataba de IA. Encontraron errores en la pronunciación argentina de la palabra “llave”, que la inteligencia artificial había omitido. Lo último me pareció llamativo: la canción falsa solo tuvo un error mínimo.

Todo parece indicar que nuestra creatividad podría ser replicable. Si bien cada músico tiene que pasar por una serie de experiencias únicas, inspirarse e influenciarse para crear piezas maestras, todo esto puede ser descifrado por la inteligencia artificial. Sin embargo, me parece muy pronto para afirmar que es el fin de los músicos, pues la música hecha por humanos parece mantener su vigencia en algunos ámbitos como los conciertos en vivo, en el que la inteligencia artificial ha entrado con menos fuerza. Son pocos los fanáticos que prefieren pagar por ver una imagen generada por computadora y considero difícil que esta recepción por parte del público cambie fácilmente.

Para terminar, imaginemos un futuro en el que inteligencia artificial pueda crear una “personalidad” a nuestro servicio, como en la película “Her”. Llegas a casa después de una fuerte discusión en el trabajo y el algoritmo encargado del sistema de sonido identificará de inmediato tu confusión emocional interna y, sobre la base de lo que conoce de ti y de la psicología humana, creará y reproducirá canciones con letras que quieres escuchar, melodías que te harán sentir mejor y ritmos que necesitas bailar para sentirte mejor. También quedará la opción -que muchos seguirán prefiriendo- de reproducir el álbum Abbey Road a todo volumen para desahogarse en compañía de una maravilla musical compuesta décadas atrás por cuatro muchachos de Liverpool con ayuda de su genial productor George Martin.

Nicolás Moreno

Bachiller en Filosofía de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Redactor periodístico de Departe.

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Una respuesta a «Inteligencia artificial y creatividad humana: A propósito de la música generada por computadoras.»

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